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Revista Convicciones

Convicciones N° 05 - Del financiamiento de las universidades

DEL PROBLEMA:

En tiempos de bonanza, cuando los dineros sobran, hay cosas que no se tienen en cuenta, y se pasan por alto.- Los fondos públicos se gastan alegremente, y se invierten a discreción, muchas veces, sin tener en cuenta la razonabilidad de la inversión, ni la justicia o equidad del gasto.-

Esta actitud que es un común denominador en toda la Administración Pública, ha alcanzado también a los fondos que se destinan a educación.- En efecto, las Universidades Públicas siempre fueron mantenidas con los fondos del Estado, y nunca nadie puso en duda la legitimidad, o la equidad de dicha inversión.- Se hacía y basta.- Ni tan siquiera se observaba si dentro de esos gastos no había algunos prescindibles, o si se dilapidada en cosas inconducentes a los fines de la educación, ya sea exceso de personal, o exceso de viáticos, alquileres de inmuebles innecesarios, etc.- se gastaba, y se gastaba sin discutir, ya que todo estaba justificado.- Y hasta diríamos santificado, porque era para educación, lo cual se estimó siempre un garantía suficiente de buena inversión.- Pero cuando los dineros comienzan a faltar, cuando la crisis nos agobia, cuando el monto de los recursos no alcanza a cubrir el presupuesto de gastos, es cuando comienzan los problemas, se presentan los planteos, y se generan y agudizan los enfrentamientos.- Esta circunstancia se presenta como caso líder en lo que hace al financiamiento universitario.-

DE LA GRATUIDAD:

Por una parte, hay que tener en cuenta, porque es una verdad evidente, que no son, precisamente, los individuos de los estratos sociales mas bajos los que alcanzan el nivel universitario, sino que, muy por el contrario, son los que van desde clase media alta, hasta llegar a los círculos reducidos del más alto nivel económico.- De esa forma, con la gratuidad del cursado universitario, y con el mantenimiento de estos, en forma total, por parte del Estado, que es común a todas las clases económicas, se da una evidente y grosera injusticia.- En efecto, todo el Estamento Social, y en especial el de menos nivel económico, que es el más numeroso, está solventando la formación universitaria de unos pocos.- Con el agravante que son los que más poseen.- Evidentemente, es una grave, grosera e injusta distorsión de la justicia distributiva.- Hay una transferencia de recursos de las clases más pobres y débiles, a favor de las clases más altas y poderosas.- Y ello no puede quedar así.-

DEL ARANCELAMIENTO:

Ante la crisis, y como recurso último, y tal vez inconscientemente, apoyándose en lo que decíamos atrás, los sectores del poder, lo que tienen que poner a disposición para el sostenimiento de las Universidades los fondos que no disponen, acuden a la figura, como si fuera una panacea, del arancelamiento.- O sea de la educación universitaria no gratuita, sino paga.- Esta actitud, además de no resolver el problema, es por demás injusta también.- En efecto, los fondos que se pudieran obtener por esos medios, serían una ínfima porción del total necesario para el financiamiento universitario.- De tal forma que no vale la pena provocar la división de la opinión pública, por el logro de tan magros recursos.- Que además, no alcanzan para nada.-

Por otra parte, esta actitud sería también por demás injusta.- En efecto, si bien estos valores arancelarios no serían de gran envergadura, para los educandos de las clases económicas más inferiores, podrían ser prohibitivas.- Es decir, lo que para los pudientes sería un gastito más, para los de bajos recursos económicos sería el impedimento para acceder a los altos niveles de educación.- Ello traería como consecuencia que solo accedan a las Universidades los ricos, lo que significaría una Universidad elitista, y de privilegiados.- Y lo que es más grave, no de privilegios intelectuales, sino de privilegios económicos, lo cual es aberrante.-

DE LOS RECURSOS PROPIOS:

Otra Solución que se ventila en corrillos, es la posibilidad que las Universidades se mantengan con recursos propios, productos de trabajos que realicen para terceros.- Esto nos parece muy bueno, en tanto y en cuanto, redunden estos trabajos en la formación de los educandos.- De lo contrario, corremos el riesgo de distorsionar el quehacer universitario, transformándola en una fábrica, en un taller, o en una oficina de servicios, que piensa y atiende más en su fuente de recursos, cumpliendo con los terceros, y dejando de lado su verdadera y real función, que es la de formar y capacitar profesionalmente a los jóvenes.- Trabajar para terceros, si.- Pero siempre y cuando ese trabajo forme parte de la formación del futuro profesional.- De lo contrario nada.- Por eso, este camino creemos que debe desecharse por lo peligroso, y que puede llegar a ser deformante de la esencia de la Universidad.-

DEL ARANCELAMIENTO DIFERIDO:

En lugar de todo ello, propiciamos, proponemos y sometemos a la consideración de la opinión pública, y sobre todo, de los sectores interesados, lo que llamaríamos de ARANCELAMIENTO DIFERIDO.-

Veamos en qué consiste:

Fundamentalmente, el mayor peso del costo universitario, no el total, debe ser soportado por los egresados, es decir aquellos que han usufructuados y han capitalizado en un título obtenido, habilitante para ejercer lucrativamente una profesión.- En efecto, ellos son los mayores beneficiarios de la Universidad, son los que recogieron los frutos de su accionar, y por ello, deben soportar la mayor carga.- Nótese que decimos la mayor parte, y no el total, porque consideramos que la sociedad en su conjunto, es también en cierto modo la beneficiaria del accionar universitarios.- En efecto, es cierto que es el egresado quien va a ejercer su profesión en su único provecho, pero también es cierto que la comunidad, aunque en menor medida, se enriquece con el progreso científicos, con el avance de la ciencia, con el mejoramiento de las técnicas, que es una de las consecuencias lógicas del buen funcionamiento de las Universidades.-

Pero volvamos a la idea principal, que es el corolario de esta tesis.- En efecto, el joven estudiante que hizo su carrera gratuita, financiada por el Estado, que es a la postre toda la sociedad, o sea las clases alta, media y baja, es justo, lógico y equitativo, que una vez graduado, devuelva a la sociedad que le brindó el estudio gratuito, el importe de ese préstamo que hubo recibido.- Partiendo de esa premisa básica, creemos que con un aporte o devolución, las Universidades podrán seguir brindando sus beneficios a las sucesivas generaciones.- Es decir, resumiendo, que la sociedad debe soportar una pequeña parte del costo del mantenimiento universitarios, pero la mayor parte debe ser soportado por los egresados.- Fu fundamento es que la sociedad les habría efectuado algo así como un préstamos de honor, que deberá ser reembolsado.- O mejor, la sociedad habría efectuado una inversión en ellos, y tiene derecho a su rescate.- Fundamentalmente, basándose en la premisa de que es para seguir realizando la misma inversión en otros jóvenes educandos.-

DEL APORTE ESTATAL:

Destacamos que el aporte de los graduados no deberá cubrir el total del presupuesto universitario.- En efecto, la sociedad toda, que se ve beneficiada en su conjunto con el avance técnico y científico que deviene del buen funcionamiento de las universidades, que se ve beneficiada también con la existencia de una pléyade de profesionales y técnicos bien formados y útiles, debe soportar buena parte del gasto del mantenimiento universitario, que debe figurar en el presupuesto general, y salir del tesoro de la Nación.-

DE LOS ASPECTOS PRACTICOS:

Algunas circunstancias prácticas deberán ser tenidas en cuenta para la materialización de este proyecto.-

1) En efecto, una ley debería institucionalizar el sistema, determinando el aporte obligatorio del egresado.- No sería por la vía de la creación de un impuesto, puesto que concretamente, ello no es tal cosa, sino una tasa retributiva de un servicio, que fue prestado con anterioridad.-

2) Otra de las circunstancias a tenerse en cuenta, es que el aporte no debe ser igual para todos, sino proporcional a la importancia y el costo de las carreras cursadas.- En efecto, no podrá pretenderse que la Tasa sea igual para el médico que para la enfermera, ni del doctorado con el técnico.-

3) Por otra parte no podrá pretenderse que el graduado abone su tasa al día siguiente al de su graduación, sino que habrá que darle algún tiempo, o algunos años, para que se organice, encauce su vida profesional, y comience a recibir los frutos de su labor, con los que deberá afrontar el pago de la Tasa.- Tampoco podrá pretenderse que abone de por vida, sino hasta su jubilación.- Cuarenta años podría ser promedio de vida útil del profesional, desde su graduación, y debe calcularse el monto del aporte anual o semestral, de tal forma que durante ese lapso alcance a abonar la parte que le corresponde y que estaría a su cargo, del costo de su carrera.-

4) La Ley y su reglamentación, debería establecer los montos a abonar.- Ello se haría sobre las base de establecer una estimación del costo de cada carrera, determinar el porcentaje a cargo del graduado, y dividirlo por los años que es el promedio de vida útil del profesional.-

5) Los egresados de universidades privadas, no debieran soportar una tasa igual a los de universidades estatales, gratuitas, puesto que ya habrían abonado gran parte del costo de su carrera. Pero igualmente deberán abonar, aunque considerablemente menor, una tasa también.-

En efecto, no todo ello se los dio su universidad, sino que son deudores también ante la sociedad toda, puesto que los conocimiento y formación intelectual y técnicas recibidas, no son totalmente originarias de su universidad privada, sino que también fueron apoyados por el aporte del progreso intelectual de muchas generaciones anteriores, que hicieron evolucionar los conocimientos científicos, y que en este caso estarían representados por la comunidad actual, la sociedad actual, que sería la acreedora de esa deuda de honor.-

6) Sobre la forma de percibir la tasa, digamos que su pago sería una condición indispensable para el ejercicio de las respectivas profesiones, constituyendo un requisito para la renovación anual de la matrícula.-

7) Asimismo, estimamos que la recaudación integraría un fondo común, que de ningún modo deberá ir a parar a rentas generales, sino que deberá ser administrado por el Consejo de Rectores, y cuya distribución ante las Casas de Estudios deberá ser proporcional a su importancia y dimensión, y atendiendo a las necesidades básicas de cada una.-

DE LAS CONCLUSIONES:

Creemos que el sistema que proponemos es el más justo y equitativo, puesto que el mayor peso lo soporta el estamento que ha recibido el beneficio en mayor medida.- Además hacemos notar que no paga cuando no puede, y si lo hace en el momento que puede, o que supuestamente debería poderlo.-

También creemos que el sistema propuesto es muy beneficioso, puesto que los recursos a obtener por este medio, serían considerablemente superiores a los que se obtendrían por arancelamiento previo al estudiante.-

DEL REDIMENSIONAMIENTO:

En resumen, consideramos y estimamos que es la mejor posibilidad, por no decir la única, que pueda salvar a las universidades argentinas de la crisis en que se hallan sumidas, y que enfrenta y divide a la juventud argentina.- Todo esto, claro está, no basta para solucionar el grave problema económico universitario.- Sino que debe ir acompañado de un total redimensionamiento de los gastos, habida cuenta que no todo lo que hasta hoy se gasta en educación, puede decirse que es útil a la educación.- Hay enormes gastos superfluos, a veces suntuarios, que deben ser suprimidos.- Partiendo de la base que la Universidad es un centro de evolución técnica y científica, y de formación de profesionales, y no una fuente de trabajo, ni de provechos o acomodos, deben ponerse el acento de la inversión en contratar buenos profesores, montar buenos laboratorios, equipar buenas bibliotecas, etc., todo ello en lugar de invertir en burocracia administrativa, edificios suntuarios, etc.-

DE UNA CUESTION ETICA:

Podrá argumentarse, de parte de los que proponemos como obligados a a soportar el mayor costo, que ya tributan como ciudadanos todos los impuestos normales, que aquí se les aplica uno más, y que puede llegar a ser gravoso.- Pero ello se desvirtúa totalmente si consideramos que no es un impuesto, sino una tasa retributiva de un servicio recibido, o mejor un ARANCEL DIFERIDO que pagan ahora, ya que no lo hicieron en su vida estudiantil.-

Además, recibir los medios para cursar una carrera, en forma gratuita, pagada por toda la sociedad, y luego disfrutarla y explotarla en provecho propio y sin devolución a la sociedad, es un privilegio irritante, que repugna al principio de igualdad, que es una de las bases del Sistema Republicano.-

DEL ANÁLISIS FINAL:

Queda con esto abierta la puerta para la consideración del sistema propuesto, al diálogo cordial y fecundo, al análisis pormenorizado de los pro y los contras, por parte de todos los sectores afectados e interesados, y sobre todo, a quienes tienen no solo el poder de decisión, sino también la obligación de buscar soluciones a los problemas, y encausar las instituciones de la sociedad por el camino mas beneficioso, y además más justo y equitativo.-

Dr. Raul Venchiarutti
Abogado

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